RADIO LIBERTY, DE LA GLORIA AL EXPOLIO
Promovida por el gobierno de los Estados Unidos durante la Guerra Fría y activa desde las 3:05 de la mañana del 23 de marzo de 1959 hasta las 10:00 de la mañana del 25 de mayo de 2001, Radio Liberty fue durante muchos años la emisora de radio más potente del mundo y llegó a emplear a cerca de 200 personas, la gran mayoría de nacionalidad española. Sus instalaciones ocupaban –y ocupan todavía– una extensión de 330.000m² de terreno virgen junto a la Playa de Pals que, tras la demolición de sus características antenas el 22 de marzo de 2006, han sido progresivamente abandonadas y expoliadas.
Sólo la obra de algunos grafiteros –como la promovida intervención de la artista Marina Capdevila, que el verano de 2018 pintó un mural gigante que cubre el techo del edificio principal- ha puesto de nuevo Radio Liberty al primer plano de la actualidad informativa, sin que las sucesivas noticias sobre su remodelación para la construcción de algún tipo de equipamiento o sobre su desmantelamiento definitivo hayan llegado a fructificar. En la actualidad las instalaciones se encuentran en un estado de conservación tan deplorable que no es demasiado exagerado temer por su supervivencia.

SÍMBOLO DE LA GUERRA FRÍA: LA HISTORIA OFICIAL
Pocos años después del final de la Segunda Guerra Mundial, en un momento en que un conflicto nuclear entre los Estados Unidos y la Unión Soviética podía provocar la destrucción de ambos países –y por extensión la aniquilación del planeta–, la única posibilidad realista de traspasar el llamado “Telón de acero” era mediante la transmisión de ondas radiofónicas (1).
El origen de Radio Liberty, así, debe buscarse primero en la fundación en Nueva York, en junio de 1949, del National Committee for a Free Europe (Comité Nacional para la Europa Libre), financiado tanto por el Congreso de los Estados Unidos –a través de la CIA, siglas de Central Intelligence Agency: Agencia Central de Inteligencia– como por fondos privados. Con el objetivo de debilitar el régimen soviético, Radio Free Europe estableció su sede en Munich y realizó sus primeras emisiones de onda corta el 4 de julio de 1950 para Checoslovaquia. Ese mismo año se creaba la American Committee for the Liberation of the Peoples of Russia (Comité Americano para la Liberación de los pueblos de Rusia: ACLPR, AMCOMLIB, también conocido como American Committee for Liberation from Bolshevism), parte de un ambicioso proyecto de los servicios secretos estadounidenses conocido como QKACTIVE, que a partir de 1955 comenzó a estudiar diversos lugares de España, Portugal y el norte de África para la construcción de una nueva emisora de radio.
Radio Free Europe y Radio Liberty se sumaban así al servicio de radio y después también de televisión externo del gobierno estadounidense, La Voz de América (Voice of America: VOA) que, con sede central en Washington, había comenzado sus emisiones el 1 de febrero de 1942 y que actualmente –disponible en más de 100 países y en más de 60 idiomas–, está considerado como uno de los grupos de radiodifusión más grandes del mundo. La Voz de América era la emisora exterior “oficial” de Estados Unidos, mientras que Radio Free Europa y Radio Liberty, fusionadas en 1976, eran dos emisoras en teoría independientes pero en realidad no tanto, ya que al menos hasta en 1975 fueron financiadas en buena parte por la CIA.
La Playa de Pals era el emplazamiento ideal para construir una emisora de onda corta que permitiera hacer llegar ideales de libertad y esperanza estadounidenses y su cultura a la Unión Soviética, aunque su verdadero objetivo a medio-largo plazo era provocar la caída del régimen comunista.

En la Playa de Pals, a 2.700 km de distancia de la Unión Soviética, el ingeniero y más tarde Coronel Steve Y. McGiffert encontró el emplazamiento ideal para construir una emisora de onda corta que permitiera hacer llegar ideales de libertad y esperanza estadounidenses y su cultura a la Unión Soviética, aunque su verdadero objetivo a medio-largo plazo era provocar la caída el régimen comunista. Formados en su mayor parte por arenales de matorrales bajos, con pocos árboles, sólo cuatro casas de pescadores –restauradas para acoger los almacenes de la empresa encargada de la preparación de los terrenos, la Sociedad Ibérica de Construcciones y Obras Públicas, y bautizadas así con sus siglas: SICOP– y una torre de vigilancia y lejos de cualquier núcleo habitado, los terrenos se veían muy favorecidos técnicamente por estar situados frente al mar, que servía de reflejo de las ondas aumentando considerablemente la energía emitida.
La onda corta es la única señal de radio existente capaz de propagarse a largas distancias mediante múltiples reflexiones en las capas de la atmósfera; en el ángulo óptimo, las emisiones se propagaban de tal manera que en un periodo de entre dos y tres horas al día no podían ser interceptadas por las autoridades de la Unión Soviética. Es lo que los norteamericanos llamaban “Twilight immunity” (“inmunidad crepuscular”), el momento en que las emisiones de Radio Liberty llegaban nítidamente a su destino sin que las cerca de 3.000 estaciones de interferencia instaladas en la Unión Soviética –una especie de “segundo telón de acero” bautizado significativamente con el nombre de “Guerra de las ondas”– pudieran hacer nada para evitarlo.
El acuerdo paradójico entre un gobierno que propugnaba la democracia y la libertad y un régimen fascista como el español fue posible gracias a la intervención del propio presidente de Radio Liberty de 1954 a 1975, Howland Sargeant (1911-1984). Sargeant había sido el presidente de la primera Conferencia General de la UNESCO celebrada en París en 1951, que aprobó la entrada de España en el organismo (que tendría lugar dos años más tarde). En 1958 el jefe del gobierno español, el general Francisco Franco, devolvió el favor a Sargeant vendiendo los terrenos solicitados –aproximadamente 333.500 m²– por 7.673.073 pesetas de la época (46.116,10 €), que sin embargo siguieron manteniendo la titularidad de España, que a partir de entonces cobraba a Ràdio Liberty 285.000 $ anuales en concepto de alquiler.
Franco delegó al ministro Manuel Fraga Iribarne el seguimiento del proceso de montaje de la emisora, y el mismo 1958 ya se empezaron a construir la carretera y los principales caminos y hacer los primeros cimientos de las futuras instalaciones, despertando los primeros recelos de los habitantes de la zona. La envergadura de la construcción, que en un principio contaba con la custodia de la Guardia Civil y más adelante con su propio servicio de seguridad privada, motivó todo tipo de especulaciones: había gente que creía que las 13 antenas que se levantaron a lo largo de casi cinco años de trabajo –con alturas que oscilaban entre los 59 y los 169 m– eran rampas de lanzamiento de misiles, mientras que otros deliraban con la posibilidad de que se tratara de una base para submarinos del ejército estadounidense escondida debajo la playa. Lo cierto, sin embargo, es que a diferencia de la Base Loran de L’Estartit (2) en Radio Liberty no había ningún militar.

LA EMISORA MÁS POTENTE DEL MUNDO
La emisora no adquiriría su aspecto definitivo, transformando de manera decisiva el horizonte de la playa de Pals y del Empordanet, hasta finales de la década de 1960, y se dividió a grandes rasgos en dos zonas claramente diferenciadas: los edificios destinados a administración y a la instalación técnica, por un lado, y la llamada zona de antenas, por la otra. La zona de edificios se dividía en tres grandes bloques: el edificio central de administración y transmisores, de dos pisos, ocupaba el centro de las instalaciones, separado de la planta Diésel y sus correspondientes depósitos de agua, situada al oeste, por una glorieta o rotonda. El edificio central también estaba situado a una distancia prudencial del llamado “Edificio J”, ubicado a su izquierda, el lugar donde se hacía la conmutación de los transmisores a las diferentes antenas de la playa y que, debido a sus elevados índices de radiofrecuencia, tenía el acceso restringido: antiguos trabajadores de Radio Liberty explican que si entrabas en su interior con un fluorescente en la mano este se encendía. De hecho, a lo largo de las líneas había tubos fluorescentes agotados atados con alambre para comprobar si una línea tenía o no un transmisor radiando. Más al este había un segundo complejo de edificios de una sola planta destinados a garajes y almacenes.



Estaban divididas en cuatro grupos según su orientación, ya que unos pocos grados de diferencia variaba en muchos kilómetros el destino de la emisión: los grupos “A” y “C”, idénticos, fueron los primeros que se construyeron, y entre sus torres se levantaron las antenas radiantes y el reflector. Ambos cubrían los 9, 11, 15 y 17 mhz. Más adelante se les añadieron el grupo “B”, con antenas que funcionaban a 6, 7, 11 y 15 mhz, y finalmente el grupo “D”, formado por las antenas más altas. Ubicado al final de la playa, este grupo fue el que se instaló más tarde debido a que la zona era pantanosa y se tuvo que esperar cerca de un año para que se secaran los terrenos. Las torres aguantaban los elementos de la antena y su correspondiente reflector, tensado por una serie de cables igual que la antena. Todas las torres y reflectores disponían de un sistema de contrapesos estudiado hasta el más mínimo detalle y pensado especialmente para los días de viento, bastante habituales en primera línea de mar.


Aún hoy se mantiene colgada en una pared de las instalaciones la carcasa cada vez más degradada del mapa luminoso que ilustraba la cobertura geográfica de la radio en aquellos años.

Radio Liberty se equipó con la tecnología radiofónica más avanzada del siglo XX. A finales de la década de 1960 era la emisora más potente del mundo con seis transmisores de onda corta de 250 kW cada uno que llegaban a 3.000 km de distancia (3). Entre las trece torres metálicas la potencia total llegó a sumar 1.500 kW, con la particularidad –por iniciativa de los propios equipos técnicos que trabajaban en la emisora– que la combinación de cuatro transmisores de 250.000 W (grupo “D”) en una sola antena permitía la emisión de una señal de hasta 1 millón de W (1 MW que amplificado unas 8 veces por la ganancia de la antena = unos 8 millones de W salían de Pals) que se proyectaba sobre Moscú sin ninguna posibilidad de ser interceptado, una señal que se emitió por primera vez el 8 de mayo de 1968 a las 12:00 h para una audiencia de más de 70 millones de personas. El área de influencia de la emisora, de hecho, iba más allá de la propia Unión Soviética, extendiéndose también a los países del Cáucaso y del Báltico al caer a esta zona el primer rebote, mientras que el primer rebote de las otras emisoras caía en zonas despobladas; aún hoy se mantiene colgada en una pared de las instalaciones la carcasa cada vez más degradada del mapa luminoso que ilustraba la cobertura geográfica de la radio en aquellos años.
El recinto, obviamente, contaba con todos los servicios y recursos necesarios para funcionar de manera autónoma; dejando de lado los ingenieros y los técnicos, disponía de jardineros, carpinteros, albañiles, servicio médico e incluso de su propio servicio de gasolina para los vehículos y los generadores diésel que en caso de apagón eléctrico podían proporcionar la electricidad necesaria 24 horas al día sin interrupción. En los almacenes había un 95% de repuestos para cada uno de los transmisores de la emisora, mientras que algunos de los repuestos se fabricaban en las mismas instalaciones porque no existían en el mercado. Los suministros se compraban los pueblos de alrededor, por lo que todo el mundo salía ganando; especialmente, sin embargo, los trabajadores, que más allá de unas condiciones económicas óptimas y descuentos importantes en el servicio de comedor contaban también con seguros a precios beneficiosos y ayudas para sus familias, sin olvidar un servicio de transportes gratuito para desplazarse hasta las instalaciones, algo básico en un momento en que muchas familias aún no tenían vehículo propio: el 2 de mayo de 1960 se inició el servicio de autobús por parte de la empresa SARFA desde Sant Antoni de Calonge hasta la Playa de Pals, pasando por las paradas de la Gasolinera Azul, el Hotel Trias, Sant Joan, Palafrugell, Pals y els Masos de Pals. El vehículo, conocido con el nombre de “la SARFA de los americanos”, era un ómnibus Pegaso de 25 plazas. La mayoría de los trabajadores de Radio Liberty, venidos de toda España y en algunos casos también del extranjero, recuerdan su paso por la emisora como el mejor trabajo que han tenido a lo largo de su vida.






Se calcula que en la década de 1960 llegaron a trabajar cerca de más 200 personas entre administrativos, técnicos, personal de mantenimiento, traductores e intérpretes, aunque lo más sorprendente es que los contenidos de la emisora se redactaban y registraban en Nueva York y Munich, donde también se organizaban los diferentes bloques de programación en hasta 17 idiomas diferentes (aunque el ruso y el ucraniano eran mayoritarios). En los primeros años las cintas magnetofónicas llegaban cada día en avión y se tenían que ir a buscar expresamente en el aeropuerto de Barcelona, después se enviaban a través de líneas telefónicas especiales de alta calidad y por vía radiofónica (San Climent solo era en caso de fallo de las líneas telefónicas); finalmente –a finales la década de 1980– se enviaban por vía satélite y se recibían a través de una de las dos antenas parabólicas que se instalaron en aquella época, actualmente la única que queda en pie (4).




La misión de Radio Liberty consistía fundamentalmente en emitir los contenidos, no en producirlos, aunque disponía de un pequeño estudio de grabación para emergencias (en caso de que las cintas magnetofónicas no llegaran a tiempo, por ejemplo ). La información que se emitía referente en España tenía que pasar primero por la censura franquista, y el resto de información también pasaba por departamentos de censura política en Nueva York y en la sede europea de Munich.
La programación se estructuraba en diferentes bloques horarios y contemplaba todo tipo de contenidos: las noticias tenían un peso muy destacado (ocupaban los diez primeros minutos de cada hora), seguidas por una serie de variaciones articuladas alrededor de una revista de prensa, informaciones de las diferentes corresponsalías, programas culturales, folklóricos, deportivos, musicales y literarios, sin olvidar un espacio dedicado a las cartas de los oyentes –a las que la emisora daba una gran importancia– ni tampoco los anuncios sobre los Estados Unidos y su estilo de vida.
Mientras estaba recluido en su casa el todavía jefe de la Unión Soviética Mijail Gorbachov reconoció que pudo saber todo lo que estaba pasando gracias a las emisiones de Radio Liberty de Pals.
LA LARGA DECADENCIA
La muerte del dictador Francisco Franco el 20 de noviembre de 1975 fue un primer golpe para la emisora, que a partir de ese momento y hasta 1990 siguió operando en Pals sin ningún acuerdo con el nuevo gobierno democrático español, basándose en un convenio antiguo y extinguido y viendo como aumentan las críticas hacia su condición de arma propagandística de los Estados Unidos: “Era un arma que no existía para extender la cultura, sino para atacar otros pueblos”, dice el ex secretario general del Partido Comunista Español Santiago Carrillo en el documental Adéu, Liberty (Carlos Jover, 2007).
Fusionada con Radio Free Europa en 1976, lo cierto es que más allá de unas recortes presupuestarios y de plantilla que afectaron a toda la emisora, Radio Free Europe / Radio Liberty siguió operando con total normalidad, y el año 1987 vivió la instalación del que sería su último transmisor, un Marconi de tres válvulas y funcionamiento casi automático (que sustituyó al primer instalado, el Telefunken de 100KW). Las transmisiones continuaron incluso después de la caída del “Telón de acero” derivada de la desintegración de la Unión Soviética (URSS). Esta disolución culminó, entre el 11 de marzo de 1990 y el 25 de diciembre de 1991, con la independencia de las quince repúblicas que formaban parte de ella, pero tuvo uno de sus máximos momentos de incertidumbre en el intento de golpe de estado que tuvo lugar entre el 19 y el 21 de agosto de 1991; entonces, mientras estaba recluido en su casa el todavía jefe de la Unión Soviética Mijail Gorbachov reconoció que pudo saber todo lo que estaba pasando gracias a las emisiones de Radio Liberty de Pals.
Aunque el final de la Guerra Fría, la administración del presidente estadounidense Bill Clinton decidió continuar con las emisiones de Radio Free Europe / Radio Liberty, que en 1994 pasó a ser gestionada por la Broadcasting Board of Governors, la agencia federal del gobierno de Estados Unidos encargada de supervisar todas las transmisiones de radio y televisión no militares del gobierno federal, creada ese mismo año, la sede de la estación se trasladó a Praga en 1995 y se eliminaron muchos programas europeos, al tiempo que su actividad aumentaba en Oriente Medio.
1998 se fundaban Radio Free Iraq y Radio Farda, y no mucho más tarde un cúmulo de situaciones y de decisiones quizás equivocadas acabarían provocando el final de las transmisiones desde la Playa de Pals: la última emisión tendría lugar a las 10:00 de la mañana del 25 de mayo de 2001. “La creación en la antigua Unión Soviética de instituciones democráticas y de economías de mercado ha hecho disminuir de manera significativa la utilidad de la estación de la Playa de Pals como servicio de retransmisión del gobierno estadounidense, por lo que su continuidad no se puede justificar más, ni desde el punto de vista operativo ni de financiación”, señalaba el mismo 25 de mayo un comunicado firmado por Brian Conniff, director en funciones de la Oficina de Radiodifusión Internacional del Consejo de Radiodifusión. Coniff, asimismo, justificaba el cierre de Radio Liberty por la existencia de “diferentes medios de comunicación más avanzados y la disponibilidad de otros enclaves de retransmisión para cubrir la antigua Unión Soviética” (5).
Entidades conservacionistas querían el desmantelamiento, mientras que otros apostaban por la conversión del espacio en un museo de telecomunicaciones de la Guerra Fría.
UN FUTURO INCIERTO
Poco después, y pese a que el contrato de arrendamiento de los terrenos tenía vigencia hasta el año 2015, los gobiernos de España y Estados Unidos acordaban el desmantelamiento de la emisora. El primer paso de su desaparición fue la cesión de las instalaciones a Radio Nacional de España (RNE) en 2002. Las principales obras de desmantelamiento de la antigua emisora tuvieron lugar en febrero de 2003, con un coste total de 274.972,81 € (más de 45 millones de pesetas): el destino principal de los aparatos y materiales reciclados, además de la chatarra, fue el de recambios y futuras piezas de museo para el centro emisor de RNE en Majadahonda (Madrid).
Con respecto a las antenas que se extendían a lo largo de más de un kilómetro al lado de la playa, su suerte ya se había empezado a torcer con la aprobación, el 28 de septiembre de 2001, del Real Decreto 1066 / 2001 sobre “Condiciones de protección del dominio público radioeléctrico, restricciones a las emisiones radioeléctricas y medidas de protección sanitaria frente a las emisiones radioeléctricas”, derivada de la recomendación europea 1999/519 / EC1 relativa a “la exposición del público en general a campos electromagnéticos”. La nueva normativa dificultaba enormemente la nueva puesta en funcionamiento de la emisora, ya que hubiera sido necesario aplicar a las antenas esferas de protección de 250.000 W, y este hecho, unido al supuesto mal estado en que se encontraban debido a la falta de mantenimiento, sería su sentencia de muerte, pero no sin generar durante bastante tiempo un notable debate público: entidades conservacionistas y el delegado de Medio Ambiente del gobierno estatal en Girona, Francesc Busquets Palahí, querían el desmantelamiento, mientras que otras personalidades, como el rector de la Universidad de Girona, Joan Batlle Grabulosa, apostaban por la conversión del espacio en un museo de telecomunicaciones de la Guerra Fría; Joan Solé Viñas, del Servicio Meteorológico de la Generalitat, propuso también reutilizar una de las torres para calcular la densidad de CO2 del aire.
A pesar de las numerosas voces que se levantaron en contra de su destrucción total, ya en mayo de 2005 el Departamento de Medio Ambiente español empezaba a estudiar una propuesta del gobierno central para desmantelar las antenas mediante explosiones controladas, una demolición que tendría lugar finalmente a las 15:55 hores el 22 de marzo de 2006, cinco minutos antes de la hora prevista. Hicieron falta hasta 18,7 kg de explosivos Goma 2 pero poco más de cinco segundos para hacer caer las 700 tn de material de las torres –algunas de las cuales habían tardado más de un año en ser levantadas–, así como unas medidas de seguridad excepcionales: un perímetro de exclusión de 300 m por tierra, 500 m por mar y 2 km por aire, además del despliegue de un centenar de agentes. El desmantelamiento, con un coste de 1 millón para eliminar las antenas y 2,7 millones para eliminar o adecuar los edificios, concluyó a mediados del mes de agosto de 2006 sin ningún compromiso entre las administraciones sobre el futuro del espacio.
La existencia de Radio Liberty salvó el lugar de una urbanización segura, pero a pesar de que en un principio se habló de la posibilidad de que algunos de los edificios se destinaran a oficinas de información del futuro Parc Natural del Montgrí, les Illes Medes i el Baix Ter (creado en 2010 y del que forman parte los terrenos de la emisora), lo cierto es que las instalaciones se encuentran actualmente abandonadas y en un cada día más deplorable estado de conservación.
El Ayuntamiento de Pals conserva un fragmento de las torres que actualmente está integrado en una rotonda cerca de la emisora.




La última noticia referente al futuro de las instalaciones había surgido poco antes: en 2015, la Fundación Mar, con sede en Palafrugell, anunció que había conseguido la concesión por 50 años de las antiguas instalaciones de Radio Liberty para hacer un gran centro de conservación de la biosfera, bautizado con el nombre de Aquam. Según la página web de esta fundación, este centro tendría "la misión de conectar las sociedades del mundo con los elementos principales que crean la base física, química y orgánica de la vida en la biosfera y trabajar activamente para su conocimiento y conservación".
Pero el 13 de julio de 2020, el Parlamento de Cataluña aprobó la Resolución 850/XII, que insta al Gobierno a detener la tramitación de la concesión de uso de los terrenos de Radio Liberty, descartando el proyecto Aquam, instando a la administración correspondiente según el convenio firmado a retirar las instalaciones de Radio Liberty, respetando los yacimientos arqueológicos que puedan haber y las necesidades para ejecutar proyectos compatibles con los valores medioambientales.
La Associació Salvem la Platja de Pals, el Cercle Català d’Història (C.C.H.) i Radioliberty.org, creen que, dentro de estos terrenos, se deberían renaturalizar los humedales y sistemas dunares, hábitats de interés comunitario prioritario, conservarlos y vigilarlos. Rehabilitar el edificio central de oficinas de la emisora, para la creación de un Museo, Centro de Investigación y Divulgación de Radio Liberty y la Guerra Fría, que dé a conocer su decisiva contribución a la historia del siglo XX; por un centro de información e interpretación del Parque Natural del Montgrí, las Illes Medes y el Baix Ter; así como por una Sede de la Unesco, en memoria de uno de los primeros directores de la emisora.
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Gracias a Francesc Mányik, a Vannesa Mányik y a Vladimir Borachock por su incesante labor en la recopilación de información, así como a otros tantos amigos que quieren permanecer en el anonimato. Y gracias a José Luis Roche y Clara Feliu por su encomiable labor en esta investigación.
Artículo escrito por Daniel Ortega del Pozo: Escritor e investigador; Jorge Ríos: Escritor, investigador y director del programa radiofónico Informe Enigma en Radio Platja d'Aro; Pau Roig: redactor de la Revista del Baix Empordà. Publicado por primera vez en la Revista del Baix Empordà el año 2020.
Notas
1. “Telón de acero” es el nombre con el que los medios políticos y de difusión anticomunistas de occidente designaron, a partir de los años de la Guerra Fría, las fronteras entre los países occidentales y los países socialistas del este de Europa y de la URSS. El término, de hecho, fue acuñado por el ex Primer Ministro británico Winston Churchill en una conferencia de 1946 para referirse a la frontera, física pero sobre todo ideológica, que dividió a Europa en dos después de la Segunda Guerra mundial.
2. Con 351.800m² de extensión y situada aproximadamente a siete kilómetros de Radio Liberty, la estación Loran de L’Estartit fue una antigua base militar del Servicio de Guardacostas de Estados Unidos. Formaba parte de una red de siete estaciones en el Mediterráneo que funcionaban como puntos de transmisión del sistema de navegación Loran C para los barcos de la marina de Estados Unidos. Inaugurada en 1961 y con una antena de 190 m de altura, dejó de funcionar en 1995 cuando la localización por satélite pasó a ser hegemónica en los sistemas de navegación. Había destinados veinte militares y cuatro civiles en turnos de dos años. A pesar de que se encuentran dentro del Parc Natural del Montgrí, los terrenos se encuentran actualmente en un estado de abandono similar a los de Radio Liberty; propiedad del Ministerio de Defensa, se han subastado hasta cuatro ocasiones sin éxito.
3. La primera transmisión de Radio Liberty, el 23 de marzo de 1959 a las 03:05 horas, se realizó con un transmisor Telefunken de 100 kW de potencia, protegido por una lona poraué el edificio aún no estaba terminado. La antena que se usó era una rómbica provisional y el suministro de energía provenía de un generador diésel.
4. Si cualquiera de los sistemas de llegada de los contenidos fallaban o cuando las comunicaciones por teléfono o satélite se cortaban, Radio Liberty disponía también de un pequeño centro de recepción de radio en Sant Climent de Peralta, a unos 20 km de la Playa de Pals. Este centro captaba la señal de radio emitida expresamente con este fin, que después se retransmitía hacia la estación principal.
5. "EE UU cierra el imponente emisor de Radio Liberty en Girona”, 26 de mayo de 2001. El Pais.
Fotografía de portada: Vista de las antenas, 2005. Saint-Aniol bajo la licencia CC BY-SA 3.0.
Data de creació de l’article: 13/1/2021.
Para saber más información y ver imágenes podeis visitar El Museu Virtual de Ràdio Liberty a Radioliberty.org.