La lucha por la protección de los humedales de Pals, durante más de 46 largos años, ha conseguido de momento mantener una de las zonas ambientales más importantes de la costa catalana parcialmente a salvo de la especulación urbanística, aunque todavía a día de hoy la lucha continúa. Descubre la crónica que relata el enfrentamiento entre científicos, conservacionistas, promotores, administraciones y tribunales hasta convertirse en el detonante por la creación del actual Parque Natural del Montgrí, las Islas Medas y el Bajo Ter.

El municipio de Pals, que mide unos 25 km cuadrados, tiene una tercera parte de terrenos que son de humedales, tierras inundables cuando hay fuertes lluvias. Estos terrenos con un importante acuífero son los más cercanos a los municipios de Torrent y Sant Feliu de Boada,el estanque del Marisco, el camp Bregat y todos los campos que van de la carretera de Pals a Torroella de Montgrí, cercanos a los municipios de Fontanillas y Torroella, y hasta el mar.
Los habitantes de Pals durante muchos años estaban acostumbrados a estas marismas y vivían de ellas, recogían las plantas típicas de humedales y las exportaban. Una de ellas era la balca, una planta muy apreciada ya en tiempos de los griegos, que la llevaban a sus factorías que tenían distribuidas por el mediterráneo. En la Edad Media la gente de Pals cazaban y pescaban con la autorización real, porque aquellas tierras y aguas eran propiedad de los Condes de Barcelona. Aquellas marismas tenían unas aguas dulces llenas de nutrientes, aportados por los ríos Ter, el Daró y las rieras de Peratallada y Pals. Debido a aquellas circunstancias había gran cantidad de pescado y crustáceos y en los terrenos fangosos las aves encontraban muchos alimentos; los cazadores, escondidos en medio de los carrizales, podían cazar patos y otras especies para poder sobrevivir.
Pero en medio de tanta riqueza, los habitantes de Pals y pueblos de los alrededores, como Palau-sator y Fontanillas, debían soportar periódicamente grandes plagas de paludismo que diezmaban su población. El propio Pals tenía un promedio de más de 100 personas muertas durante algún año, muchas de ellas por infección de picaduras de mosquitos. En 1505, Fernando II dio permiso a los habitantes de Pals para abrir el Rec des Coll y sacar una gran parte del agua del lago del Marisco. Durante los siglos siguientes se fueron haciendo más canales y escorrentías para secar las tierras y poderlas cultivar pero, durante mucho tiempo, aquellas marismas sólo eran marismas donde pastaban vacas y yeguas.
En las mejores tierras, durante más de 500 años interrumpidamente, se plantó arroz, pero debido a las aguas estancadas, se producían grandes epidemias de paludismo y se prohibía su plantación; cuando esto ocurría, aquellos campos que proporcionaban tanta riqueza a la población se convertían de nuevo en cercados y carrizales, continuando con el problema de las aguas estancadas y el paludismo. No fue hasta principios del siglo XX que con riegos de agua corriente, y sobre todo con buenos desagües, que se solucionó este problema.

EL ÚLTIMO HUMEDAL VIRGEN
A principios del siglo XX, de los 8 km cuadrados de lagos y marismas, después de semi secarlos para plantar arroz, sólo quedaba un pequeño estanque junto al mar. Eran los antiguos restos de un gran estanque que en los tiempos de los romanos era llamado “Dodoni”, en la Edad Media “Estany de la Torra” y más tarde Estanque el Vernagar. Aquel pequeño estanque llamado “Les Illes” estaba enclavado entre el Massot, las dunas marítimas y los campos de arrozales, y son los restos de unas antiguas salidas de los ríos Ter y Daró al mar. Hoy estas pequeñas lagunas se llaman las “Basses d’en Coll” por ser, a finales del siglo XIX, el señor Pere Coll Rigau el último propietario que compró una parte de esas tierras de humedales.
A finales de 1976, se hizo público un manifiesto, firmado por ocho científicos de Barcelona, en favor de la salvaguarda del espacio. A los pocos días, el Congreso de Cultura Catalana, que continuó su campaña por la Salvaguarda del Patrimonio Natural, denunció públicamente la falta de protección y el peligro que corrían estos humedales. En el documento se manifestaba su interés biológico, la belleza natural y los valores culturales e históricos de esta zona, pidiendo su protección, a fin de poder salvaguardar el espacio, ya que aquel lugar excepcional era amenazado por la urbanización de un camping, una marina residencial y un puerto deportivo.

PARTIDARIOS DE APROBAR EL PROYECTO
Por otro lado, existían otros colectivos que estaban a favor de este proyecto. El 5 de enero de 1977 se entró una instancia en el Ayuntamiento de Pals con 400 firmas partidarias de la aprobación del Plan porque canalizaría el último tramo del Rec del Molí , solucionando la mayor parte de las inundaciones que tenían lugar periódicamente e inundaban cientos de hectáreas, causando muchas pérdidas a los agricultores de la comarca, hasta el punto de tener que pedir a las autoridades la declaración de zona catastrófica; los vientos de levante, a menudo, provocaban fuertes temporales y tapaban con un cordón de arena la salida del agua del Rec del Molí, que hacía subir el nivel freático de todas las zonas cercanas, perdiéndose algunas cosechas y arruinando a los campesinos que habían de seguir pagando los impuestos de esas tierras.
Con la canalización del Rec del Molí se solucionaría la salida del agua al mar, impidiendo la formación de la barra de arena y dejando aptas las tierras para cultivar en todo el municipio de Pals. La canalización del Rec del Molí también permitiría recuperar buena parte de la playa, que quedaba muy reducida por las instalaciones de Radio Liberty, que no eran de acceso al público.

LOS HUMEDALES EN PELIGRO
Narcís Jordi Aragó hizo un escrito en la Hoja del Lunes del 10 de enero de 1977, mencionando que Icona hizo un escrito en la Hoja del Lunes del 10 de enero de 1977, mencionando que Icona decía que sería un desastre en la interminable cadena de amenazas que el progreso proyectaba sobre la naturaleza en la Costa Brava. En aquellos momentos había llegado el turno a las marismas todavía vírgenes de la desembocadura del Daró, que formaban parte del antiguo Estany de Pals. Habían proyectado una macro urbanización que eliminaría uno de los últimos humedales del litoral de la Costa Brava. Hacía sólo una semana que Salvador Alemany, hizo unas interesantes declaraciones sobre los humedales de su demarcación en expresa referencia a Pals. Dijo que el ecosistema que formaba aquella zona tenía una biodiversidad tan importante que sería un verdadero desastre para la provincia que desapareciera; añadía, al igual que había hecho Depana, que “alguna vez debería decirse basta. Alguna de las cosas que nos encontramos deberíamos dejarlas igual, incontaminadas, para las generaciones futuras. Esperaban que la Comisión Internacional del Medio Ambiente dictaminara las oportunas medidas para la conservación de uno de los últimos humedales de la Costa Brava.”
En Pals había un total de 310 especies de las 400 que podían encontrarse en Europa
Por otro lado, la Junta de la Sociedad de Cazadores i su presidente, sin ser él cazador, que a su vez era teniente alcalde y presidente de la Comunidad de Regantes, esa misma semana levantó la veda cinegética en 20 hectáreas de esa zona, que durante muchos años habían sido declaradas Reserva integral de Caza. Esta actividad provocaría inevitablemente la disminución dramática de la rica fauna que se podía encontrar en aquellos humedales, ya que era el refugio de anidamiento y de hibernación excepcional, donde se podían encontrar un total de 310 especies de aves de las 400 que se podían encontrar en Europa. Para todos, el acuerdo que había tomado la Sociedad de Cazadores era inexplicable.
La vegetación que se podía encontrar en los márgenes bastante bien conservados se componía principalmente de salicornias, juncos, cenices, flores marinas y tamarindos. Aparte se podían encontrar especies rarísimas y únicas en nuestro país, como son los pteridófitos y el plantaje.
En la cuestión faunística la zona presentaba dos puntos de interés, el ornitológico y el piscícola. Como zona de humedales, era un lugar de paso por aves migratorias, por lo que en ciertas épocas del año es posible encontrar casi todas las especies acuáticas de Europa. Aparte, gozaba de una importante colonia de especies autóctonas, convirtiéndose en un lugar importante de nidificación.
Las gallineta común, el bitón, la garza imperial, el aguilucho lagunero, el martinete pequeño, los rasclones, las fochas, el pato de cuello verde, el de pico rojo y otras muchas eran frecuentes en estos parajes. El otro centro de interés era el piscícola, fundamentalmente por las angulas. Éstas se podían encontrar en la desembocadura del río, buscando paso para subir río arriba. Las angulas son la cría de la anguila, un pez que sólo pone huevos una vez en la vida. Atravesaban el Atlántico para poner en el mar de los Sargazos, y cuando están preparadas tardan entre dos y cuatro años para poder llegar a nuestras costas. La anguila es un animal muy resistente que puede llegar a vivir fácilmente más de 60 años. Para los habitantes de la región era costumbre tener una anguila en el pozo para saber si el agua era potable.
También, a pesar de estar ante un peligro tan evidente, se podían encontrar en medio de las aguas fangosas grandes cantidades de peces como la lisa, la lubina, el rémol, la Raja miraletus…













LA COMUNIDAD TURÍSTICA DE LA COSTA BRAVA
Ante el incremento de las movilizaciones populares en defensa del patrimonio natural, la Comunidad Turística de la Costa Brava hizo una declaración pública sobre la urgencia de realizar un Plan de Ordenación de la Costa Brava, decidido democráticamente y encaminado a un uso más racional y colectivo de la naturaleza.
En los últimos meses, las comarcas gerundenses habían alcanzado un elevado grado de sensibilización sobre la destrucción del territorio, y se habían sucedido varias campañas por la salvaguarda de varios parajes que estaban bajo la amenaza inmediata de la especulación, como las lagunas litorales en la bahía de Rosas, entre las desembocaduras del río Muga y el Fluvià, donde la empresa Port Llevant pretendía hacer una urbanización con canales navegables sobre una superficie de 525 Ha y con capacidad para 64.000 personas.
La Comunidad Turística estuvo al margen de algunas de las críticas de esas campañas, sobre todo por su inhibición respecto a los peligros de destrucción de esos lugares. Pero la Comunidad creía necesario que la Comisión Provincial de Urbanismo y los ayuntamientos mantuvieran una estrecha aplicación de las leyes vigentes hasta que entrara en vigor el Plan General que se proponía.
La Comunidad Turística de la Costa Brava hizo una declaración pública sobre la urgencia de realizar un Plan de Ordenación de la Costa Brava, decidido democráticamente y encaminado a un uso más racional y colectivo de la naturaleza
Continuando con la campaña, el 29 de enero de 1977, el Grupo de Defensa de los Humedales Empordaneses, integrada en la de Salvaguarda del Patrimonio del Congreso, celebraron en Pals una conferencia coloquio sobre las marismas en el Empordán y su importancia. El acto se concretó en la reivindicación de las Basses d'en Coll y la desembocadura del río Daró en la Playa de Pals, donde hacía poco que se había presentado un proyecto de urbanización para hacer una marina residencial y un puerto deportivo en un lugar de marismas que era zona rústica, cosa que no quería aceptar el Ayuntamiento de Pals.
La reunión se celebró la noche del sábado en la antigua sala de Josep Bofill Pericay, conocido por “Rajoler de Pals”, en la calle Ingeniero Algarra, ubicada frente a Can Camps. Era una sala construida en los años 30 que había servido por todo tipo de actos, como teatro y para celebrar las fiestas mayores, de quintos; incluso la utilizaban para extender el arroz para que se secara y yo recuerdo haber visto también unas representaciones de los Pastorets. Ya hacía tiempo que no se utilizaba, estaba espolvoreada y llena de telarañas; los decorados colgaban rotos del escenario y quizás ese fue el último acto que se celebró, ya que permaneció cerrada hasta hace unos años, cuando se volvió abrir para acoger una tienda de ropa.
El antiguo teatro, que ese día daba alojamiento a poco más de un centenar de personas, fue el único local del pueblo que había podido encontrarse después de que, uno tras otro, denegaran a los organizadores una sala para celebrar el acto, y de la desaparición de la mayoría de los carteles que lo anunciaban y que habían sido repartidos y colgados por todo el pueblo.
Pese a estos contratiempos, la sesión se llevó a cabo en medio de una gran tensión por el reparto de los asistentes en dos bandos que no podían verse. Después de que alguien apagara las luces varias veces, el malestar general alcanzó cotas máximas. Las sillas de madera estaban repartidas por todo el local, la noticia de la reunión había corrido como la pólvora y todos los que estaban interesados asistieron.

Cuatro miembros del Congreso explicaron la importancia de las marismas, recalcando sus aportaciones y dictámenes de congresos científicos internacionales, proyectando unas diapositivas.
En la reunión, los organizadores se vieron frecuentemente abucheados por los que decían ser representantes de los payeses, que argumentaban que, de llevarse a cabo la obra, muchos campos se verían protegidos por un dique de regulación que controlaría el nivel de las aguas que tantas desgracias habían provocado a lo largo de los siglos.
Els ornitòlegs presents estaven d’acord amb la construcció del dic però no amb la urbanització, perquè amb la construcció dels edificis cap ocell aniria als aiguamolls. “És fals, és fals!”, va dir de cop i volta una veu al mig del públic: “No hi haurà cap més dessecació, és més: hi haurà noves aportacions d’aigües i més neteja”, van sentir dir a Jaume Darné, secretari de la finca dels Parera-Coll.
"Las Basses d'en Coll y el final del río Daró no son una zona rústica permanente, sino una ciudad-jardín semi intensiva"
La pasión y la demagogia, más que la razón, hicieron decir algunas frases apasionantes en esta reunión. Pero una de ellas tenía especial interés. La dijo el teniente de alcalde Jaume Parals Grassot, que també era un empresari de maquinària d’obres públiques. Va dir que “les Basses d’en Coll i el final del riu Daró no eren zones rústiques permanents, sinó una ciutat-jardí semi intensiva”, fet que també va ratificar el Secretari municipal.
Gran sorpresa produjo esta noticia porque, según los planos que tenía la Comisión Provincial de Urbanismo y la Delegación de Gerona del Ministerio de la Vivienda, aquellas zonas estaban marcadas bajo la categoría de zona rústica e incluida como tal en el Plan General de Ordenación de Pals.
El proyecto de urbanización, que en aquellos momentos se encontraba en exposición pública, aparte de la afectación muy negativa que tendría sobre los humedales, los terrenos estaban clasificados como zona rústica permanente y por tanto, donde no se permitía urbanizar. Pals debía quedarse sin playa, o lo que es lo mismo, sin acceso público a la misma. En aquellos momentos los accesos estaban privatizados por Club de Golf y por las instalaciones de Radio Liberty y por una urbanización en la costa que ya estaba en marcha. De más de 2 Km de playa sólo unos 50 metros serían realmente públicos. La ley indicaba que la raya de la playa era un bien público y que no se podía prohibir el paso a los transeúntes.
LA CONSPIRACIÓN DEL SILENCIO
En un periódico, apareció un artículo que decía que Pals era como la Sicilia de la Costa Brava, un insoportable silencio había caído sobre Pals. "Yo no sé nada" y otras expresiones del mismo estilo se encontraban los periodistas cuando pedían información a la gente del pueblo. Pero este silencio mafioso no era nuevo.
Aquel silencio arrancaba con certeza de los años de posguerra, momento en que el contrabando tenía su origen en Mallorca y una importantísima terminal en Pals, donde habían tenido incluso un desembarcadero con alambre espinoso. La fraudulenta mercancía suministrada por el último pirata del Mediterráneo era sacada de la playa con camiones.
Mafia y caciquismo eran las palabras que más se escuchaban por quien se atrevió a poner alguna luz en las investigaciones que hacían los periodistas. Nadie sabía cómo habían desaparecido las pancartas que anunciaban este congreso, nadie sabía por qué ni el Ayuntamiento ni nadie cedió ningún local en buen estado para realizar aquella sesión; nadie podía explicar porqué habían cortes de luz durante el debate. Poco después de llegar los científicos Depana a Pals para investigar la fauna ornitológica que estaba en peligro, toda la gente del pueblo ya estaba enterada de esto. Nadie sabía quién era el responsable de haber movido los límites de la zona marítimo terrestre respecto su posición inicial. Nadie se atrevía a reclamar ante los responsables: pequeños propietarios de bosques que debían pagar 1.500 pesetas por derrama de contribución sólo porque alguien estaba interesado en poder hacer apartamentos en el bosque y los humedales por su reciente reclasificación de Rodors y Els Jonquers como edificable.
Nadie sabía nada, pero al final los jóvenes que estaban en el congreso hicieron oír su voz sin miedo a nadie, haciendo entender que Pals estaba luchando por salir del silencio, impuesto y ahogador. Pese a que, con la falta de silencio, ciertas actitudes llegarían a la categoría de escándalo público.
ARQUITECTOS Y APAREJADORES EN CONTRA
El diario Avui del 3 de febrero de 1977, publicaba la oposición al Plan de urbanización en Pals. La Delegación de Gerona del Colegio de Aparejadores y Arquitectos técnicos impugnó el Plan Parcial de Ordenación de la finca y se opuso al proyecto de urbanización de esa zona.
El proyecto que estaba expuesto a información pública preveía la creación de una ciudad-jardín por más de 7.000 habitantes, abriendo canales, desecando humedales y construyendo un puerto deportivo con más de 1.800 amarres. Todo esto implicaba la destrucción de todas las marismas y humedales, que tenían una importancia ecológica indiscutible.

También el Colegio de Doctores y Licenciados estaba contra el uso privado de este espacio. En un comunicado, que hizo público el 20 de junio, el Grupo de Medio Ambiente del Colegio de Doctores y licenciados de Catalunya, denunció que se querían privatizar los humedales del Empordà, últimos reductos de la Costa Brava de miles de aves migratorias. La reivindicación de aquella zona no era casual, puesto que eran los últimos espacios naturales de una comarca que había sido repleta de humedales hasta que se inició su destrucción bajo la presión agrícola. Aquella zona representaba una riqueza irrenunciable por la comunidad, y los licenciados manifestaban que el actual estado de cosas sólo acabaría con la participación popular.
Aquella campaña de defensa de los humedales contaba con el apoyo de la mayoría de grupos ecologistas y de la campaña para la Salvaguarda del Patrimonio Natural del Congreso de Cultura.
LA IMPORTANCIA DE LOS HUMEDALES
Una profesora del Departamento de Botánica de la Universidad Central de Barcelona hizo mención a unas declaraciones del interés botánico de la zona, la segunda en importancia de Cataluña después del Delta del Ebro. En este lugar, además de encontrar especies muy notables y raras, había todo un ecosistema particular también bastante raro por su escasez en el país y fuerza natural.
Entre la vegetación de los marjales podían encontrar refugio una serie de aves que pasaban allí el invierno o hacían escala en sus desplazamientos migratorios. Éste era uno de los argumentos más decisivos a la hora de exigir la conservación y protección de esta zona del litoral.
La preservación de ese último reducto era una responsabilidad internacional porque su desaparición rompía el equilibrio en las migraciones de pájaros, que no eran exclusivamente nuestras y provenían de otras zonas de Europa donde tenían unas condiciones ecológicas favorables, como la Camarga francesa, una de las reservas biológicas más importantes del continente. El Patronato de Turismo de la Costa Brava, después de las muchas acciones antipopulares, se quejó, pidiendo al delegado del Ministerio de Información y Turismo que interviniera ante los problemas ecológicos y devastación que se estaba produciendo del entorno. Dijeron que hasta ese momento estaba la guerra de quien hacía el edificio más alto con quien hacía el puerto deportivo más grande y con los amarres más caros, y el patronato quería intervenir con los asuntos que iban contra el país. Porque no sólo había que ordenar la costa, sino todo el país. El señor Ensesa, que era el presidente del Patronato, afirmó que habían llegado a un punto de degradación del Medio Ambiente tan grande que era intolerable, y que si él debía promocionar lo impromocionable no lo haría.
La preservación de ese último reducto era una responsabilidad internacional porque su desaparición rompía el equilibrio de las migraciones de pájaros.
El Grupo de Defensa de los Aiguamolls de Pals hizo un informe técnico que ayudó a entender la importancia social y ecológica que tenía ese paraje, porque sería muy triste que un día tuviera que enseñarse a los estudiantes los hábitats de humedales, su flora y fauna mediante fotografías y películas . Otro punto era al que hacía referencia a la importancia cultural, histórica y paisajística del sitio. No se podía privar a las generaciones futuras de esta pequeña muestra que quedaba de la verdadera imagen del Empordà, como también debían protegerse los humedales por su belleza y porque cada vez quedaban menos.
DEPANA IMPUGNÓ EL PROYECTO
La entidad Depana, que formaba la liga por la Defensa del Patrimonio Natural, ante la salida de aquel proyecto de ordenación territorial y urbanístico en la Playa de Pals se vio con la obligación de impugnarlo.
La Playa de Pals, de más de 3 Km de longitud natural todavía virgen, tenía la segunda zona más importante de la Costa Brava de humedales, de gran interés por el equilibrio ecológico. Una primera obra con grave impacto para facilitar el futuro complejo urbanístico fue desviar el curso bajo del río Daró desde Gualta que realizó la empresa Servià Cantó S.A., desvío que se dijo que era culpable en buena parte de las inundaciones ocurridas en el último mes de mayo y que fueron tan perjudiciales por la agricultura.

La primera de las impugnaciones que dirigió Depana fue contra el ingeniero en Jefe de Costas y Puertos de Cataluña, donde se hacía constar que el sector afectado por el Plan Parcial de Ordenación de Pals incluía las Basses d'en Coll y la desembocadura del río Daró, sectores de humedales de un elevado interés geológico, zoológico y paisajístico.
El segundo punto quería denunciar que fueran urbanizadas unas zonas de marismas litorales, cuya pérdida era algo irreversible que contribuiría a la profunda degradación del litoral.
En tercer punto, Depana argumentaba las distintas gestiones a altos niveles que se llevaban a cabo para conservar y proteger toda la zona de la Costa Brava.
El estudio por parte de la Comisión Inter-Ministerial de Medio Ambiente del expediente completo de la Costa Brava por su conservación, la propuesta de Icona para declarar los humedales del Empordà espacios naturales protegidos y el futuro Plan Director Territorial de Coordinación de Cataluña debían coordinarse en las comarcas de Gerona. Cuando estaban a punto de salir, apareció la amenaza que afectaba a todo el conjunto de las Basses d'en Coll, la desembocadura del Daró y todos los terrenos circundantes.
En el quinto punto, la entidad señalaba el interés natural que tenían estas zonas, que formaban parte del conjunto de sistemas naturales de la CIMA que había ordenado preservar junto con otros puntos del litoral.
Aprovechando que el reciente nombrado primer Presidente del Gobierno democrático de España, Adolfo Suarez, estaba de vacaciones a 500 metros de la playa de Sa Riera invitado por el empresario alemán Van del Walle, en el mes de agosto de 1977, junto a otros ministros como el vicepresidente y ministro de Defensa Manuel Gutiérrez Mellado y el vicepresidente tercero Fernando Abril Martorell, en lo que se había llamado “la pequeña Moncloa”, grupos ecologistas y científicos redactaron un Manifiesto que una comisión entregó el mediodía del domingo en la impresionante casa Van del Walle donde se hospedaba, hoy en ruinas. En la carta se pedía que se detuvieran los proyectos de urbanización de la Costa Brava que proponían una ocupación especulativa del suelo y no beneficiaban al turismo.
RENUNCIA AL PROYECTO
La segunda quincena de septiembre de 1977, salió la noticia de que la promotora de la urbanización de la Playa de Pals había renunciado a la urbanización de la zona de humedales. La promotora había previsto que en cuatro años invertiría 2.500 millones de pesetas, pero frente a la situación económica de ese momento con una crisis en España, la empresa había decidido retirarse definitivamente.
Así el Plan de Ordenación de la Playa de Pals quedó detenido gracias también a la impugnación que Depana se había hecho pública, y lo más positivo era que en un futuro no demasiado lejano una parte de los humedales serían salvados. Unos humedales que eran un antiguo paraíso por las aves migratorias y el cultivo del arroz, muchos de los cuales ya habían sido desecados en épocas pasadas para aprovechar el terreno y evitar el paludismo y otras enfermedades por las que no existían defensas. Sin embargo, la vegetación de los márgenes de la Playa de Pals se encontraba bastante bien conservada gracias a las instalaciones de Radio Liberty, que evitaron la construcción de urbanizaciones y la destrucción del medio dunar. Por el contrario, la instalación de la emisora impedía a los amantes de la naturaleza poder gozar de su contemplación con la paradoja de que cuando se podía ir se destruía, y cuando se conservaba no se podía ir.
“EN PALS NO HAY HUMEDALES”
En un reportaje a doble página, el Punt Diari, el 25 de agosto de 1982, decía en la portada que “En Pals no hay humedales para proteger” y que los que situaban humedales en Pals sólo podían hacerlo desde un despacho. De todas aquellas aves que decían que podían encontrarse en las marismas, el alcalde Jaume Parals Grassot presidente de la Sociedad de Cazadores, decía que nunca había visto ninguna, y que si querían hacer una ley para proteger los humedales, que la hicieran, pero que protegieran los humedales donde los hubiera, que si lo miraban sobre el terreno verían que en Pals no habían en ninguna parte. Que los pretendidos humedales de Pals no figuraban en ningún mapa, ni siquiera en la cartografía del ejército.


Pleno del ayuntamiento de Pals interrumpido por las protestas de algunos vecinos y grupos de defensa de los humedales de Pals.
Ante aquella reacción tan contraria del Ayuntamiento de Pals, las entidades conservacionistas –el Centro de estudios del Baix Empordà Pere V, Iaeden y Depana, hicieron público un comunicado en el que decían que negar la existencia de humedales en Pals significaba negar la evidencia y que, en ningún caso, proteger la zona debía afectar a la normal actividad agrícola. Conscientes de que había un motivo de especulación urbanística, y ante la negativa a aceptar la protección de la zona ni la existencia de humedales en Pals, los agricultores fueron manipulados para un fin especulativo.
En agosto de 1985, seguía la polémica en torno a los humedales. El Ayuntamiento, que inicialmente había marcado esta zona como No Urbanizable, en el Plan General de 1985, por decisión expresa del alcalde Pere Servià Costa, convirtió los humedales en Suelo Urbanizable No Programado. El Partido Socialista, ERC y otros muchos, entraron numerosas alegaciones para defender los humedales. A pesar de que la mayoría creía que los humedales de Pals eran un espacio natural único y debían tener todas las medidas que la ley permitiera, la zona fue excluida de la Ley de protección de humedales.
Los defensores de las marismas se quejaban de la falta de diálogo con el Ayuntamiento y la prepotencia de su alcalde Pere Servià Costa, destacando el hecho de que el científico Ramon Fortià había obtenido un nombramiento internacional por su trabajo de investigación sobre los humedales en la Playa de Pals y nunca había sido felicitado por el Consistorio.
Los camiones de una empresa constructora avanzaban imparables cogiendo ilegalmente la arena de las dunas de la playa de Pals durante noche y día, dañando su flora y fauna, que vertían sobre una zona forestal de gran alto valor ambiental con humedales y manglares, única en Cataluña, con el objetivo de hacer la marina residencial con miles de amarres y cientos de edificios, donde posteriormente se ubicó el Camping Playa Brava ante la imposibilidad de urbanizar los humedales por ser declarados Reserva Natural.
Las obras ilegales continuaron hasta que, en la madrugada del sábado del 23 de agosto de 1986, explotaron dos artefactos en la empresa Servià Cantó S.A., en un atentado terrorista con daños importantes en la sala de mando de la planta de portland, el sistema eléctrico y desperfectos en cinco camiones de la empresa, reivindicado por la organización independentista Terra Lliure en llamadas telefónicas a los diferentes medios, afirmando que la acción “se había realizado para advertir al alcalde de Pals, Pere Servià, propietario de la empresa, que los humedales serán parque natural.”

URBANISMO PROTEGE A LOS HUMEDALES
El 15 de abril de 1997, la Comisión de Urbanismo hizo efectivo el cumplimiento de una Sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) que preveía la recalificación en Suelo No Urbanizable y de protección especial de unas 60 hectáreas de parte de las marismas de la playa de Pals, antes calificadas como Urbanizable No programado.
El Director General de Urbanismo señaló que con aquella modificación de los Humedales de la playa de Pals, la Generalitat no preveía ninguna otra figura de protección para este espacio, pero quedaban delimitados definitivamente dentro del Plan de Espacios de Interés Natural. Con esto quedaba automáticamente modificado el Plan General de Pals que la Comisión había aprobado el 14 de mayo de 1986.

SENTENCIAS DEL TSJC Y DEL TS
La Sentencia del TSJC de 28 de febrero de 1990, recurso núm. 1353 y 1362/87, suspendió el Plan General de Pals, declaró no urbanizables los humedales y dictaminó que aquella zona debía ser de protección especial. El Tribunal aceptó el recurso contencioso administrativo interpuesto por seis particulares y los partidos ERC, PSC y PSUC contra la denegación, por parte de la Comisión de Girona, del recurso de alzada que habían interpuesto anteriormente contra el Plan General de Pals por no encontrarse ajustados a derecho y porque declaraban el suelo del sector de las Islas como Urbanizable No Programado. Esa era la primera vez en Catalunya que un tribunal obligaba a la Generalitat a cumplir la ley de Espacios Naturales.
La Sentencia del Tribunal Superior era muy importante porque reconocía que los espacios rústicos como los humedales de Pals no eran residuales, sino que tenían unos valores que debían defenderse. Aquella ley establecía un régimen de protección de los humedales más duro que el del resto del Estado.
El simple hecho de la existencia de una zona húmeda, hacía que esa zona desde un punto de vista científico quedara automáticamente protegida y la administración no podía actuar en ella. Joan Hontangas, concejal del Ayuntamiento de Pals, manifestó que la sentencia fortalecía la postura que siempre había defendido y ponía en ridículo la postura del equipo de gobierno y el alcalde Pere Servià. También debían revisar los protocolos con el propietario y devolver la parte que el Ayuntamiento ya había cobrado, porque según la Sentencia el propietario no podía realizar ningún tipo de edificación.
El simple hecho de la existencia de una zona húmeda, hacía que esa zona desde un punto de vista científico quedara automáticamente protegida y la administración no podía actuar en ella
El Consejero de Política Territorial y Obras Públicas anunció que la Generalitat no recurriría la sentencia, pero sí lo hicieron el promotor Playa Brava SA, liderado por Baltasar Parera y el Ayuntamiento de Pals, con el alcalde Convergente Pere Servià.
Una Sentencia del Tribunal Supremo de 23 de abril de 1996, recurso de apelación núm. 4636/1990, declaró los humedales de Pals zona protegida, cerrando el conflicto sobre el futuro de este espacio que se había alargado durante 13 años. La resolución judicial obligaba a modificar el Plan General de Ordenación Urbana de Pals, aprobado después de muchas controversias en 1986, que calificaba como urbanizable el 30% de los humedales recurridos a los tribunales. La sentencia se basa en la Ley de Espacios Naturales, promovida por el Parlament de Catalunya. El Tribunal Supremo desestimó el recurso del Ayuntamiento de Pals y de la sociedad que proyectaba urbanizar esa zona, que habían presentado contra la sentencia del TSJC de 1990, que ordenaba la protección de los humedales del municipio.
Según aquella sentencia, ratificada por el Tribunal Supremo, los humedales eran una zona protegida automáticamente por la Ley de Espacios Naturales, promovida por el Parlament de Catalunya en 1985. La sentencia establecía la existencia de un auténtico estatuto jurídico de los humedales de Cataluña, cuya protección no requería, a diferencia de la estatal, de una declaración específica que determinara ningún lugar concreto como espacio a proteger.
Ramon Fortià, científico experto investigador de los valores de los humedales, y miembro del Grup de Defensa dels Aiguamolls del Baix Empordà, anunció que pediría al Departamento del Medio Ambiente de la Generalitat la delimitación del área a proteger en el Plan de Espacios de Interés Natural, puesto que el PEIN era una norma básica y elemental.
EL PARLAMENTO APROBÓ LA LEY DEL PARQUE NATURAL
La Ley del sexto parque de las comarcas gerundenses se aprobó en mayo de 2010, con 70 votos a favor, 59 en contra y 3 abstenciones después de un proceso que había tenido la oposición frontal de campesinos, el sector turístico de la zona y de una serie de ayuntamientos, liderados por el alcade de Pals Joan Silvestre Albertí.
Durante los trámites de enmiendas, se logró el refuerzo de las garantías del fomento de la actividad agraria en todo el Parque y la Reserva Natural Parcial de los Humedales de la playa de Pals. Se tuvo que elaborar el Decreto para designar a los miembros del órgano rector del Parque y definir el órgano gestor y el equipo técnico. El Gobierno tenía 2 años para redactar el Plan Especial de Protección y después 1 año para aprobar el Plan de Usos y Gestión, que es el que definía las diversas actividades permitidas, pero desgraciadamente todavía no se han aprobado a día de hoy, poniendo en peligro su conservación.
En ese nuevo Parc Natural del Montgrí, les Illes Medes i el Baix Ter, Pals contribuyó con 571.13 hectáreas, aunque los alcaldes de Pals y Palau-Sator pusieron en duda la inversión de 22 millones de euros prometidos.

EL PARQUE NATURAL, HOY
Las amenazas más importantes del Parque Natural en Pals en la actualidad, si bien algunas son debidas al incremento de la turbidez y eutrofización del agua por el uso excesivo de fertilizantes y fitosanitarios, o por la falta de una balsa de laminación para depurar las aguas vertidas de los arrozales, que dificultan el mantenimiento de la población de tortugas en las Basses d'en Coll (Trios cancriformis) y otros anfibios, aves o invertebrados, se deben a la presión humana: con la introducción de una flora y fauna invasora, como el gato doméstico, el coipú o el cangrejo de río americano, que dificultan la supervivencia de la población de la nutria, pero sobre todo con el incremento de impactos debidos a laacción urbanizadora.
Por otra parte, la delimitación del Parque Natural no incluyó algunos hábitats dunares ni zonas húmedas que todavía se conservan en Pals, de gran importancia faunística, geológica y florística, por su rareza. Son Hábitats de Interés Comunitario (HIC) Prioritarios, amenazados por la especulación urbanística: los Ullals y las Closses Fondes, en el antiguo Golf Serres de Pals, ahora abandonado y parcialmente desecado frente al Mas Gelabert, con multitud de especies en peligro de extinción, los pinares sobre dunas que van desde la Playa de Pals hasta Regencós y Begur -en el municipio se encuentran muy bien representadas en Rodors y la Pineda de Pals, que el Plan General todavía prevé urbanizar parcialmente- las dunas de la Platja del Racó, en el término municipal de Begur con colonias deStachys maritima, y una parte del lago del Vernegar, por donde el Ayuntamiento de Pals prevé la construcción del Vial Norte, que atravesará esta zona húmeda, dividiéndola y degradándola, con un efecto muy negativo sobre la fauna, el sistema hídrico, y el cultivo del arroz.


Con una fuerte oposición de diferentes entidades como SOS Costa Brava, Salvem Platja de Pals, científicos, o los partidos en la oposición en el Ayuntamiento -Compromís y PSC- y residentes en la Playa de Pals, el Pleno Municipal, liderado por el alcalde Carles Pi Renart, ha aprobado inicialmente la modificación del Plan General para la construcción de un vial de acceso norte que prevé conectar la Playa de Pals con la carretera principal C-31, que tendrá un grave impacto ambiental sobre el lago Vernegar y los arrozales que atravesará y sobre la Reserva Natural, por su proximidad. Esta carretera también atravesará pinares sobre dunas y un paraje rústico muy frágil, definido por el Plan Territorial Parcial como corredor biológico.Eje conflictivo para conectividad”, único paso de fauna que conecta el espacio PEIN Montañas de Begur y el Parque Natural del Montgrí, las Islas Medas y el Baix Ter -Reserva Natural Parcial, dentro de la Red Natura 2000 y Zona Especial de Protección por las Aves (ZEPA) .

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Article escrit per Narcís Subirana Cercle Català d’Història i completat amb noves dades per l’Associació Salvem la Platja de Pals. Publicat per primer cop a la Revista del Baix Empordà nº 67. Imatge de capçalera de Anna Sanx. Imatges de la galeria de fauna i flora per odre d’aparició a l’apartat – Els aiguamolls en perill: Ramon Fortià, naturalista.mx, Isabel Puig Marin (Associació CreatiBio), Frank Vasse (CC BY 2.0), canalmarmenor.carm.es, riomoros.com, stringfixer.com, naturalista.mx, stopagroparc.cat, riomoros.com, monplaneta.cat, Zacekfoto, DigitalNatura.org.
Esta nueva versión del artículo ha suprimido y añadido nuevas imágenes y contenido escrito.
Fecha de creación del artículo: 15/12/2019 – Última actualización 1/9/2022.